sábado, 26 de noviembre de 2011

Capitulo 4 : La prueba de Kinni y los sentimientos de Zafira

La situación era extraña. Si no podía hablar consigo misma entonces… ¡Todo era una ilusión!
Tras descubrirlo logró volver del trance.
Fernando, Zafira, Esban y ella estaban atados. Solo Nikki estaba despierta. Posiblemente los cogieran durmiendo.
Al principio del trance Zafira y ella estaban juntos.
Nikki desesperada intentó despertar a los chicos del trance pero no lo logró. Era muy fuerte lo que los mantenía dormidos. Todos estaban dormidos y no parecía que fuesen a despertar pronto.
Nikki intentó hablar con su sabiduría como último recurso.
Anteriormente no había conseguido hablar con ella. No sabía ni cómo se acordaba de ella pero algo le decía que ella la ayudaría que no estaría dormida.
  • ¿Sabiduría? ¿Estas ahí?
Nadie respondió.
  • Necesito tu ayuda. No sé dónde estoy. Mis amigos y yo misma necesitamos tu ayuda. No te lo pediría si no fuese necesario.
Seguía sin responder.
  • Por favor. Eres la única a la que puedo recurrir – dijo con tono suplicante.
  • Si no fuese así no te ayudaría. Bienvenida de nuevo Nikki. Sé que has perdido la parte de tu memoria sobre los vampiros pero aún te acuerdas de a quién recurrir. Eso demuestra que eres inteligente. Juega mucho a tu favor
Ella se echó a llorar. No sabía qué hacer.
  • ¡Por favor! ¡Ayúdame! ¿Qué debo hacer? – dijo desesperada.
  • Yo no lo sé. No sé lo que pasó aunque aún puedes usar nuestro viejo hechizo para quemar las cuerdas.
  • ¿Nuestro viejo hechizo?
  • Solo me dio tiempo a enseñarte un hechizo.
  • ¡Dímelo!
  • No seas impaciente. Di “Piros” y apunta.
En la mente de Nikki empezaron a parecer imágenes. Esa era la segunda vez que usaba ese hechizo.
  • Uah. Bestia – decía alguien.
Nikki decidió usar ese hechizo. Le daba confianza.
  • No podrás cargar con ellos. Debemos despertarlos para poder huir.
De la nada se empezó a oír una musiquita que resonaba en las paredes de la sala.
Todos empezaron a abrir los ojos poco a poco.
Ese canto los había despertado. ¿Quién había sido? ¿Por qué lo había hecho?
Los chicos de asustaron al no reconocer el lugar. El primero en hablar fue Zafira.
  • ¿Dónde estamos? – preguntó.
  • No lo sé – dijo Nikki más calmada – Estuve en trance hasta hace un momento y vosotros también. La sabiduría y yo estuvimos pensando en cómo despertaros y de pronto se oyó un canto y os despertasteis.
Nikki se quedó dormida nada más volver a sentarse.
Zafira se acercó a ella para intentar hablar con Kinni.
No hubo respuesta de esta.
Nikki le grito dentro para que saliese.
Kinni no respondía. Ella ya no formaba parte del cuerpo de Nikki. Su parte nekko había desaparecido. Ahora solo era un vampiro con una sabiduría. Más tarde ya recuperaría eso pero hasta entonces nada.
Mientras tanto Kinni…
Ella estaba en una esfera de agua pero aun así podía respirar.
Al rato abrió los ojos. Su cara lo decía todo. No le gustaba estar en una burbuja de agua.
Kinni estaba siento afectada por Nikki y por eso era más sensible.
Kinni no sabía dónde estaba y no podía hablar con Nikki.
Estaba sola en un lugar oscuro dentro de una burbuja de agua. Se aburría muchísimo. No podía salir
Mientras Nikki volvía a casa desanimada Zafira estaba intentando contener los sollozos de dolor. No sabía porque pero no podía soportar la perdida de Kinni.
Todos intentaron descansar pero no pudieron hacer nada. Solo esperar el mañana. Aunque Nikki y Zafira no habían pegado ojo, Fernando y Esban parecían relajados.
  • No podemos hacer nada por ahora. Tarde o temprano volverá. Acabo de recolectar cierta información del porqué de su desaparición.
  • ¿Qué? – dijeron simultáneamente Nikki y Zafira.
Fernando se aclaró la garganta y prosiguió.
  • Parece ser que el nekko de tu interior tiene que pasar una prueba para poder volver y conservar la sabiduría.
Nikki se relajó de golpe. Parecía como si pudiese volver a respirar.
  • Oh. ¿Cuánto tardará?
  • Alrededor de 1 día más o menos – contestó la sabiduría.
Nikki se enfadó.
  • ¿Tú lo sabias y no nos lo dijiste?
  • Sí. Me esta lógicamente prohibido.
  • Ni prohibido ni que ocho cuartos. ¿De qué va la prueba?
  • Pues…Tiene que demostrar cuan puro es su corazón. Lo que estaría dispuesta a sacrificar por el equilibrio del universo – dijo la sabiduría temiendo su reacción.
  • Espero que paseo, no sé porque, creo que no volverá.
En la sala hubo un silenció no precedido por ninguno así antes.
  • Nikki…Nikki, ¿donde estás?
Kinni ya estaba harta de ese lugar. No quería estar más sin sus seres queridos aunque no era tan fuerte su corazón como para admitirlo.
  • ¡No aguanto más! ¡Cállate! Te haré la prueba para que te puedas largar y vuelva a haber silencio aquí.
  • ¿Quién eres? ¿Que quieres? ¿De que prueba me hablas?
  • Soy Kirisea. Solo tengo que hacerte una prueba. Si la pasas podrás irte sino es así, y espero que no sea así ,te quedaras aquí por toda la eternidad.
>> La prueba trata sobre un laberinto. Si coges el camino de la izquierda llegaras al final pero el de la derecha también te lleva al final. El izquierdo te llevará con tus amigos y el derecho salvará al mundo vampiro y la lucha de Nikki terminará y podrá volver a ser humana como ella quería pero eso también implica tu desaparición. Tú debes elegir.
Kinni continuó su camino hasta llegar al laberinto. No sabía qué camino tomar. Si cogía el izquierdo ella sería feliz pero si cogí el derecho todos serían felices menos ella. La respuesta era obvia pero hasta que se lo planteó no lo vio claro.
  • El de la derecha es el correcto –dijo Kinni antes de recorrerlo.
Kinni lo atravesó y al final había dos portales : uno a su casa y otro al mundo vampírico.
Decidió ir a su casa con sus amigos, es decir, su familia.
Esa noche había luna llena y Zafira la estaba esperando junto con Nikki. Eran más de las 12 y ella entró por la puerta cuidadosamente. Si hacía ruido tendría que explicarlo todo y hablar con Zafira lo que llevaban días posponiendo.
Kinni estaba cansada y esperaba que Nikki no oliese su aura.
Nikki la olió y habló bajo con Zafira.
  • Kinni ha vuelto. No vallas con ella todavía. Debe estar cansada y no sabemos lo que le ha ocurrido desde que la perdimos ayer. No creo que quiera hablar contigo como acordamos. Debería ir a hablar con ella y luego cuando baje subes tú. Supongo que tendrá hambre. Deberíamos conseguirle algo.
  • Ya me imagino que no querrá contarme nada. Debe odiarme mucho. Además tengo que contarle una cosa. Tú y tu hermana os separáis pero yo también tengo cambios con la luna llena. Me vuelvo humano por 12 horas. Debería estar a punto de cambiar.
Zafira cambió de pronto. Su sangre se volvió humana y el pulso de Kinni aumentó. Algo le olía muy bien. Casi no podía resistir ese olor dulzón y tentador
Nikki subió las escaleras y entró en su cuarto. Kinni se sobresaltó.
  • ¿Que haces aquí? ¿me oísteis?
  • Sí. Yo te oí y le dije que esperara a que bajara para subir. El quiere que le expli…
  • No quiero explicárselo. ¿Que huele tan bien abajo?
  • Él. Ahora es humano. Es a causa de la luna llena. Por eso no vive con nuestra familia. El huele ahora como un humano normal, ¿es que te gusta su olor?
  • No…Es solo…De pronto olí un humano y sentí curiosidad – dijo Kinni ruborizada.
Ella la miró fijamente. Estaba callada y colorada.
  • Bien, ¿que te ha ocurrido?
  • Me tuvieron en una burbuja y la guardiana se cansó de mis quejas y me hizo la prueba pronto para poder librarse de mí.
  • Ok. Mientras te encuentres bien.
  • Sí. Solo estoy muy cansada. Nada más. Ni daños físicos si psicológicos.
Ella suspiró aliviada. Todos estaban bien. Nadie había salido herido.
  • Voy a llamar a Zafira. Creo que está deseando saber tu respuesta. Fernando me dijo que Zafira le había dicho que cuando probó tu sangre sintió tal satisfacción que se empalmó un poco.
  • ¿Qué? Es broma, ¿verdad?
  • No. En serio. Creo que después de eso se enamoró completamente de ti. Se pone rojo cuando estas presente. Es muy lindo – dijo Nikki dejando entrever una sonrisita.
Nikki salió y dejó entrar a Zafira.
Se saludaron pero entre ellos se notaba tensión e incomodidad.
Kinni intentó que hablase aunque sus frases fuesen algo rudas.
  • ¿Que quieres? Si no quieres nada vete.
  • Si quiero. Quiero saber que es esa sensación que noté cuando probé tu sangre.
  • Deberías saberlo por tu reacción, ¿no?
  • Que reacción – dijo poniéndose rojo.
  • No lo pienso decir en voz alta. Que se puede sentir para provocar eso en un hombre. Piénsalo cuidadosamente.
Él se sonrojó mucho más que antes. Sabía muy bien la respuesta.
  • Eh…Solo se me ocurre una cosa…Excitación. ¿Te excito?
  • Qué raro sonó eso – afirmó ella.
  • Yo no… – intentó decir el nervioso.
  • Pero es así. Me gustas. Tú y tu sangre. Estoy muy excitada ahora. Huele muy bien y tengo hambre. No sé cómo me aguanto. Es lo malo que tiene tener parte de vampiro jeje.
  • No te contengas – dijo Zafira exponiendo su cuello.
Kinni ante tal proposición no se pudo contener y se echó sobre su cuello y le mordió.
Succionó mucha sangre. Estaba hambrienta. También le dio un poco de su sangre para que sintiese lo que ella.
Zafira se excitó tanto o más que la vez anterior. Se corrió de lo excitada que estaba Kinni.
Kinni no pudo evitar una risita.
  • Jeje que pronto.
  • No te rías. No tiene gracia – dijo ruborizado.
Kinni metió la mano debajo de su pantalón y no pudo tenerla quieta.
  • Pero que hacer. Para ya – dijo Zafira entrecortadamente entre gemidos.
Kinni no quería parar porque aunque estaba cansada para ella seguía siendo divertido.
Él estaba poniéndose nervioso aunque su cuerpo reaccionaba de una manera totalmente diferente.
  • No quiero parar. La sangre tiene mucho mejor sabor si la otra persona está feliz o quizás se sienta mejor jeje.
Zafira se volvió a ruborizar. Justo después puso una mano sobre el cuerpo de Kinni. Ella lo miró ruborizada.
  • Vale. Vale. Ya paro.
Kinni quería quitar su mano pero Zafira se lo impidió. Ahora que había visto su debilidad tomaría el control.
  • Ahora ya me has avergonzado. Por lo menos continua un poco más – dijo él con una sonrisita – pero cuando pares haré yo lo mismo y probaré tu sangre para ver cómo te sientes jeje.
Kinni se ruborizó hasta las orejas.
Ella continuó hasta que se cansó y paró.
Kinni empezó a temblar al pensar en lo que le esperaba.
Zafira se puso encima de Kinni y ella cerró los ojos inconscientemente.
Él se levantó y Kinni con la sorpresa abrió los ojos de golpe.
  • No voy a hacer algo que no quieras.
Kinni lo agarró del brazo, tiró y lo abrazó.
  • No es que no quiera pero soy inversamente proporcional. Tú eres atrevido y yo tímida, tu no lo eres y yo si – dijo temblando.
  • Yo diría que tú tienes miedo de lo que yo pueda hacer, tan poco confías en mí ?
  • No… yo confío en ti, pero…yo…
  • Ok. Ya veo. Sin experiencia, no ?
  • Sí. Acabo de nacer hace poco como personalidad de Nikki antigua me tenía oprimida. No me dejó salir hasta que perdió la memoria. Ahora me deja tomar nuestro cuerpo mientras no lo use mal. Lo malo es que solo lo podré usar en luna llena porque no creo que me lo deje para algunas cosas jeje.
Zafira se ruborizó de nuevo.
  • Jo. Casi nunca te pones rojo como ahora – dijo Kinni muy felizmente.
Al agarrarlo lo había apretado mucho y le volvía a sangrar el cuello. Ella lo rozó con la para que cicatrizara. Eso lo excitó.
  • Oh que lindo. Otra vez – dijo con una sonrisa plasmada en su cara.
Él seguía rojo. Cuanto más hablaba ella más rojo y nervioso se ponía. Si ella tomaba el control él no podía ni relajarse. Ella siempre lo ponía nervioso.
  • Deja de burlarte – dijo Zafira alterado
  • No me burlo. Eres muy dulce y lindo. ¿Eres tan sensible cuando eres vampiro?
Zafira levantó los hombros.
  • No lo sé.
  • Podemos comprobarlo cuando se haga de día, ¿no? oh no – dijo decepcionada – No me toca el cuerpo a esa hora. Ya deberíamos irnos a la cama. Es muy tarde, estoy cansada y mañana hay clase.
No parecía nada contento por tener que irse sin casi ni poder hablar. El tiempo era muy escaso. No era justo.
  • Si no hay más remedio. Me voy a mi habitación en vuestra dimensión
  • Vale. Voy en un rato pero antes tengo que hablar con Nikki.
Se sobresaltó. Estaba diciendo que dormiría con él.
  • ¿Vienes?
  • Si porque sería raro que los padres de Nikki viesen doble.
Se sonrojó ante su estupidez.
  • ¿Te puedo esperar en mi habitación?
  • Eh. ¿En tu habitación? – preguntó nerviosa.
  • Sí. Si vas a dormir allí da igual si duermes sola o conmigo
  • Oh. Vale – dijo con la sangre subiéndosele a la cabeza.
Kinni abrió un portal para que el pudiese irse pero no se imaginó que antes de irse le daría un beso en la mejilla.
Al irse Kinni pudo respirar con normalidad de nuevo. Le costó mucho contener su nerviosismo.
  • ¡Nikki! ¡Nikki!
Nikki cogió rápidamente unos cafés y unas pastitas y subió a toda carrera
  • ¡Cuéntame! ¡Cuéntame! ¿Que ha pasado? – gritó esta.
Kinni se aseguró de que nadie la oía y toda extasiada se lo contó. Nikki estaba alucinada. Su gemela había conseguido novio antes que ella.
  • Seguimos hablando mañana que ya es muy tarde. ¿Vas a dormir en tu habitación o en la suya? – dijo toda picarona.
  • Pues…En la suya. Me dijo que me esperaría allí.
  • Y entonces, ¿que haces aquí? Corre que tu amor te espera – dijo Nikki sonriente.
Kinni hizo aparecer un portal y lo atravesó.
Llegó a su casa, la cual no había visto en su vida.
En la entrada había una gran sala con muchas puertas. Kinni supuso que una seria la habitación de Fernando, otra de Esban, otra de Zafira, otra el salón, la cocina, el baño y por último su habitación.
De la nada aparecieron unos carteles en las puertas. Uno ponía “Zafira”.
Kinni fue a su habitación que estaba justo al lado. Dejó sus cosas y se cambió. Su ropa no era nada del otro mundo. Era sencilla y no demasiado larga. Como princesa no podía ir toda destapada y desvergonzada. No era una prostituta.
Ser princesa no era demasiado bueno : padres demasiado exigentes, clases de compostura y comportamiento refinado, clases de manera de vestirse para las ocasiones, baile, aprender a andar con tacones y corsés,…
No era fácil para nadie. Ella había tenido suerte de no tener que hacerlo. Solo Nikki lo hizo. Nadie sabía de su existencia. Solo su tío lo sabía y por ello no tenía que pasar por eso.
Se dirigió a la habitación de Zafira que la esperaba.
Él estaba metido en la cama. Nikki se puso roja y se quedó petrificada.
Zafira se le acercó para llevarla a la cama.
Kinni se dejó llevar.
  • Tranquilízate. Solo vamos a dormir.
  • Ya lo sé – dijo intentando calmarse.
Ella aún estaba nerviosa y le costó mucho dormir.

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