sábado, 26 de noviembre de 2011

Capitulo 12 : Recuerdo y calenton

Nikki no tenia donde ir o eso creía hasta que otro de sus recuerdos perdidos se volvió.
Creía que ya tenia todos sus recuerdos pero no era así. Le faltaba el porque de su expulsión.
Ella había incumplido una ley que le podía haber costado la cabeza pero como princesa fue expulsada y se dijo que había desaparecido.
Se mintió al pueblo por un pecado no tan cruel y malo como matar.
El segundo príncipe de la dimensión de Noelia y Andrómeda era Natsume.
Esta todo un escándalo. Ellos se querían y ninguno podía esta con su amado.
La 1° princesa amaba al hermano del rey vampiro.
El 2° príncipe estaba enamorado de Nikki.
La 3° princesa quería a Roberto ( semifelino-semivampriro)
Natsume estaba en otro reino de visita. Volvería esa noche.
Nikki se dirigió a su cuarto en su dimensión a esperarlo.
Ella llego a las 10 pero él no apareció hasta las 12 y media.
Cuando entro en la habitación no encendió la luz.
Fue directo a la ducha.
Nikki decidió sorprenderlo.
Se metió en su cama desnuda y como las cortinas estaban corridas no se veía. Seguro que él no encendería la luz y ella aprovecho eso. Seria su oportunidad de encenderlo un poco.
Natsume no tardo en salir.
Se veía perfectamente en ese momento.


Al salir no se vistió. Nadie lo despertaría al día siguiente. No necesitaba estar vestido.
Al meterse en la cama no noto nada.
Nikki se acerco.
  • ¡Ah!
Natsume se sobresalto.
Nikki le tapo la boca. Al hacerlo aun le quedo una mano libre. Estiro el brazo y rozo la zona por debajo de la cadera.
Él empezó a empalmarse con su roce. Su ritmo cardíaco se acelero.
Con tan poca luz no podía ver nada mientras que ella lo veía todo con claridad.
Se coloco encima de su cuerpo desnudo y lo ato a la cama. Cogió una camiseta y tapo su rica y jugosa boca.
Beso la punta de su nariz como solía hacer cuando eran pequeños.
  • Hola mi amor. Ya estoy de vuelta.
Él se relajo y dejo de intentar huir. Reconoció la voz femenina que hablaba junto a su oído. Era la persona que mas amaba. Que mas había echado de menos.
  • ¡Um! ¡dechatime! ( ¡Eh! ¡Desátame! )
  • No se entendía lo que decía. No lo desato.
Bajo besando todo su cuerpo y llego un poco mas abajo de su abdomen y se detuvo.
Rozo su bulto con la lengua. Eso lo estaba excitando mucho.
A él se le salieron las orejas y la cola y aprovecho esta ultima para desatarse la boca con destreza como buen felino que era.
  • ¡Suéltame ya Nikki! – dijo mientras intentaba zafarse de ella.
Nikki se sobresalto al oír su voz.
  • No quiero. Me apetece divertirme. Como no tenia donde ir porque me quitaron mi habitación de vampiro (Andrómeda y Enrique) y mi casa en el mundo humano (Noelia y Roberto) por uso personal con mi consentimiento y no tengo a donde ir – dijo ella mimosamente.
Él no podía resistirse a eso ojitos de corderillo indefenso que ponía a veces.
Ella lo recordaba pero él no sabia que pasaba.
  • Si no sabes quien soy, ¿que haces aquí?
  • No se porque de golpe recordé que tu y yo estuvimos juntos de niños – explico ella – Nosotros estuvimos saliendo con 5 años o algo así y como no quería saludarte con un besico inocente como cuando eramos pequeños pues se me ocurrió esto.
Ella lo miro sonriente.
  • ¿Me recuerdas?
  • Si – contesto infantilmente.
  • ¿Tienes el collar?
  • ¿Collar? ¿Que collar?
  • No lo recuerdas todo – dijo el desanimado.
Nikki estaba enfadada. No había recuperado todos sus recuerdos.
  • De pequeños nuestros reinos estaban en guerra. Los felinos odiaban a los vampiros y ellos a nosotros pero por casualidad o el destino tu y yo nos conocimos. Rabia un portal oculto en el jardín.
    Un día iba yo ahí otro día venias tu. Yo no sabia que eras un vampiro ni tu que yo era un felino hasta que un día sin querer me salio la cola y las orejas y tu lo descubriste. Ese día tu como vampiresa intentaste desarrollar algo que ocultara mis orejas y lo conseguiste. Un collar que solo yo puedo ver y quitar. Todavía lo conservo y yo a cambio te di otro collar pero veo que no lo llevas.
  • Ni tu.
  • Yo si – dijo el – no lo puedes ver pero le jure a mi padre ese día que no me lo volvería a sacar. Él intento hacerlo pero no pudo.
  • Pero ahora ya lo se y quiero ver tus orejas otra vez porque mis recuerdos no terminaron de volver y no lo recuerdo.
  • Bueno. Antes vistámonos – dijo mirando a Nikki que estaba ligeramente destapada.
Ella se sobresalto.
  • Ah Es verdad! - dijo cubriéndose.
Rápidamente él se vistió pero ella no.
  • No tengo mas ropa que la que traje y no es muy cómoda.
Natsume le lanzo su ropa y una camiseta larga.
  • Ponte lo que quieras de todo eso – dijo rojo hasta las orejas
Él se refería a la ropa interior.
Ella se levanto totalmente descubierta y empezó a vestirse fuera de la cama.
Parecía que lo estaba tentando en vez de vestirse.
Al acabar se metió en la cama y se giro hacia él.
  • Dejame verlas ahora. Poooorfa... – dijo melosamente Nikki.
Él negó con la cabeza.
  • ¿Por que no?
  • Sabes que el color marca la personalidad u otros sentimientos
  • Si. Supongo.
  • Pues no quiero que veas el color.
  • ¿Por que?
  • Porque no.
  • ¿De que tienes miedo? ¿Que no quieres mostrar? - dijo sonriente.
  • Nada. Olvidalo – dijo dándose la vuelta.
Ella pensó detenidamente.
  • Ya lo entiendo.
Natsume se sobresalto.
  • No quieres mostrar felicidad, buen corazón y quizás hasta excitación, ¿verdad?
Natsume comenzó a temblar. Odiaba su carácter deductivo.
  • Si. Eso mismo. Lo mostrare cuando tu me muestres los colmillos y bebas mi sangre para saber como me siento, aunque también quiero ver tus orejas.
  • Lo haré si tu quieres.
Él se asusto. No creía que lo fuese a aceptar. De niña nunca lo hacia.
  • Creías que no lo haría por miedo a convertirte como de pequeños pero los felinos no se pueden convertir con tanta facilidad y para empezar no se convierte por mordedura que es por por las hormonas que segregan los vampiros las cuales tengo controladas con otro collar que es igual al tuyo aunque ahora no lo llevo pero por un día no pasa nada.
Nikki no espero a que respondiera. Saco los colmillos y se los clavo.
Mientras lo hacia noto la excitación por su parte. A él le excitaba que mordiese su cuello.
Ella decidió que con eso no le llegaba y decidió provocar el aumento de este sentimiento.
Cambio la posición de su mano. Él se sobresalto.
  • ¡Um! ¡Ah! – gemía Natsume.
Natsume gemía aun intentando contener su voz.
Lo estaba disfrutando. Estaba avergonzado. Cuando la conoció era muy vergonzosa pero ir al mundo humano la había cambiado.
  • Nikki... Suéltame. Estoy casi sin fuerzas. Si me cansas tanto y me subes el ritmo cardíaco y me chupas la sangre esto podría acabar mal.
Nikki paro.
Él se desmayo. No tenia fuerzas.
  • ¡Natsume! – grito Nikki.
Donde estoy – pensó Natsume.
Estaba oscuro. Solo había una luz al fondo. Todo era un sueño o quizás había muerto.
De la nada se escucho un sonido.
  • Ven – decía.
La voz era desconocida.
Al ver que no le hacia caso se apareció una mujer con el pelo azul y con un tatuaje fluorescente.
  • Tienes que ir a la luz. Ella te espera. Si te quedas morirás.
Él se alarmo ante sus palabras.
¿Ella? ¿Seria Nikki? ¿Morir por una mordedura?
Corrió como caballo desbocado hacia la luz. No había otra opción.
Se hizo la luz.
Despertó.
Estaba sobre la cama tapado. Nikki estaba llorando.
  • ¿Que ocurre? – pregunto él.
Nikki lo miro perpleja y a penas pudo decir algo entre sollozos
  • Yo... Yo...lo siento. Se te paro el corazón sin razón. Aun tenias mucha sangre pero aun así. No... no se como...
Natsume sonrió.
  • Creo que solo ha sido un viaje entre la vida y la muerte.
    Estoy perfectamente.
Nikki lo abrazo.

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