sábado, 26 de noviembre de 2011

Capitulo 10 : La llegada de Roberto

A la mañana siguiente...
Todos volvieron a casa de Nikki y Sacros vio a Logic a través del portal.
Kinni y Zafira se habían ido para crear su nidito de amor junto con Empireia y Esban.
En la casa solo quedaban Nikki y Fernando.
Tras tanto alboroto volvió la calma o eso creía Nikki.
Pasados unos días, Nikki volvió a la escuela. Estaba como siempre.
Llegada la hora volvió a casa.
De camino vio que alguien la seguía. Él o ella era muy rápido, tanto que la agarró por detrás y ella no lo vio.
  • ¿Eres Nikki?
  • Si – dijo intentando soltarse.
  • Bien. Dame el collar de Michilo.
  • Me niego – dijo rotundamente.
El chocó busco en su cuello y encontró el collar.
Al intentar sacárselo se quemó y se cayo hacia atrás.
Nikki se dio la vuelta y lo vio de frente.
Era un niño de alrededor de 15 años.
Tiene el pelo negro carbón y los ojos color jade con brillos zafiro.
Era un híbrido de nekko y vampiro
Tenía colmillos pero también orejas y cola de gato.
Antes de que pudiese levantarse lo agarró de la cola y tiro.
  • ¡Miau!
  • ¿Seras bueno o tendré que hacerte daño?
  • ¡No! ¡Seré bueno! - grito como un niño.
  • Bien. ¿Qué quieres?
  • El collar. Lo necesito para ocultar los colmillos, las orejas y la cola.
  • Vale. Te lo daré pero como fue creado por mi no te lo podrás quitar.
  • Si. me parece bien – dijo el niño incrédulo.
  • A cambio solo quiero poder tenerte cerca y poder tocar tus orejas. Parecen suaves. Las miás no las enseño a menudo.
Nikki soltó su cola y él se acercó.
  • Ahora puedes.
Ella tocó sus orejas. Eran suaves; muy suaves.
  • Bien. Toma – dijo sacándose el collar.
Al sacárselo su pelo se volvió mas oscuro y le salieron mechas rojas. También tenia las orejas al descubierto y le costó esconderlas
  • ¡Fiu! ¡Que monada tengo en frente! No me había dado cuenta.
Nikki se sonrojó.
  • Vamos. Tu te vienes para mi casa. Algo me dice que no tienes donde quedarte. Vienes del pueblo nekko, ¿verdad?
  • Si. De allí vengo. Me echaron el día en el que me salieron los colmillos como es fácil de comprender
  • Te entiendo. Yo aunque mis padres son vampiros nací medio humana siempre me trataron diferente.
Llegaron a casa y el alucinó. La casa estaba cambiando para hacerle un hueco a él.
  • ¡La casa se mueve! - dijo agarrándose a la pared.
  • Si. Esta cambiando para hacerte sitio – dijo riéndose.
  • ¡No! ¡No! De eso nada. Yo voy contigo.
  • No puedes. Yo no duermo sola. ¡Fernando!
    El salió de la habitación.
  • Bienvenida, ¿Quién es ese?
  • Un vampiro semifelino – aclaró ella.
  • Oyes. Deja de acoger a desconocidos.
  • Ya. Pero esta sólito y yo le tengo que dejar mi collar.
  • ¿Tú que?
  • Mi collar. Siempre lo llevó al cuello pero no lo puedes ver. Gracias a él no tengo los colmillos tan afilados ni el pelo teñido y tampoco mis orejas. Sabes que en mi colegio no me dejan tenerlo así, por eso y para ocultar mi esencia cree el collar.
  • Genial. – bufó el – Ahora no tenemos ni a tu hermana ni a tu gemela pero tenemos un gato.
El gatito se enfadó con él y por eso se pegó mas a Nikki.
La siguió a la cocina, al salón y casi hasta al baño.
  • No. No. Me voy a duchar y como no eres un gato completo no puedes entrar conmigo. Además los hombres van por la derecha. Es un baño estilo japonés.
  • Jo. Yo quiero ir contigo – se quejo él.
  • Vete con Fernando.
  • Que remedio. – replico él.
Nikki entro lentamente en la terma.
  • Um. Que bien sienta.
Al otro lado estaban Fernando y el nekko.
  • Nekko, ¿Como te llamas?
  • Roberto. Soy el gato Roberto.
  • Bonito nombre para un gato – dijo antes de dirigirse a Fernando - ¿Que tal os va por ahí?
  • Bien – dijo con sarcasmo.
  • Si no os lleváis bien, ¿voy a tener que ir ahí a calmaros o que?
    A Fernando y a Roberto se les subió la temperatura.
  • Por mi bien – dijo Roberto.
    Nikki hizo desaparecer la pared y se acerco a ellos.
  • Jo. Llevas bañador. No es justo – dijo Roberto.
  • Uf. Menos mal – dijo Fernando.
  • ¿Creías que iba a venir desnuda? - dijo mirando a Fernando.
  • No. No. Que va – mintió él.
Ella se rió. Era gracioso ver como intentaba mentirle.
  • Yo diría por tus reacciones que si – dijo ella metiéndole mano descaradamente.
Se la empezó a frotar y él ya no pudo aguantar sereno.
  • Pa... ra por favor – suplico él.
    Roberto se quedo mirando hasta que no pudo más.
  • Yo también quiero – dijo acercándose.
    Se acercó por detrás de ella y le metió mano también.
    Ella tampoco pudo aguantar serena.
    Roberto la estaba tocando con la cola. Era suave y mullidita.
    Fernando se enfado con él y con ella. É la tocaba y ella se dejaba tocar.
  • ¡Parad! – les dijo a ambos.
    Nikki estaba demasiado... ejem... para moverse.
    Roberto no paró y ella no pudo quedarse callada.
  • Lo siento. Sabes que me quedo sin fuerzas.
  • Ya. No es justo que solo él te haga sentir así.
    Nikki estaba asombrada.
    Fernando la empezó a tocar y Nikki ya no podía más. Era demasiado placentero para poder soportarlo. Entre el calor y lo que estaban haciendo no podía mas. La sobrepasaba.
    Nikki se desmayó.

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