Capitulo 17 : Hormonas

A la mañana siguiente no hubo cambio.

No dijeron nada al verla, ni un saludo ni una mirada.

Ella los miro tristemente pero ellos ni se inmutaron. No estaban de humor.

Nikki paso del desayuno y se fue a tumbar al sol para tomar una siesta. Estuvo pensando gran parte de la noche y estaba muy cansada.

Al salir ella, ellos se miraron.

• Estamos siendo un poco crueles – dijo el bueno de Natsume
• Se lo merece – dijo Fernando.
  La casa no pudo quedarse callada e intervino.
• Ella tubo una infancia difícil y lo sabes, Natsume. Recuerda el día en el balcón Ella no es de las que hace sufrir. Piénsalo – dijo la casa.
• Cierto. No hay recuerdo mas tierno que el de ese día
  Nunca volvió a ser así
• ¿Que ocurrió?
• Nikki estaba llorando porque no me encontraba en el mundo nekko. En ese momento aparecí yo con los colmillos bañados en sangre. Ese día descubrimos que no podíamos estar juntos. Ella sufrió mucho. Solo tenia 5 años entonces. Y yo como acababa de comer aun tenia sangre
  Ese día nos dimos nuestros colgantes. Ella tiene una rosa azul como mi pelaje y yo tengo una espiral roja como su sangre.
• ¿Es su pelaje también azul?
• Si. Es por su parte nekko, ¿nunca te lo enseño?
• No. Nunca – dije Fernando indignado.
• Pues si. Es azul como la noche y con rayas rojas como su pasión Es preciosa.
• No es justo. Tu sabes de ella mas que yo y para colmo eres de su elemento – dijo Fernando frustrado.
• Si, pero también la conozco desde antes que tu. No podrías conocerla mas que yo.
• Aun puedo conocerla mas que tu ahora.

Ella entro en escena.

• Hola – dijo ella caminando hacia su habitación
• Enseñame tu pelaje – le soltó Fernando.
• ¿Que?

Nikki estaba un poco impactada.

• Él quiere conocerte mas que yo y no ha visto tu pelaje.
• No – dijo rotundamente entrando en su habitación

Ellos la siguieron.

• ¿Por que no?
• Hasta que me perdones nada.
• Perdonada – dijo Fernando – ahora dejámelo ver.
• ¿Para que? – insistió Nikki.
• Porque el dice que lo vio – dijo dirigiendo su mirada a Natsume que esperaba apoyado en la puerta.
  Ella se sonrojo.
• Ya sabes que rara vez cambio de forma. Que no estoy acostumbrada a las orejas y a la cola – le dijo a Natsume.
• Si, pero si no lo haces se enfadara.

Nikki suspiro.

Se quito el collar azul y lo dejo en la mesa.

Rápidamente le brotaron sus características nekko pero al pasar un corto periodo de 5 segundos se volvió una tigresa.

• Me cago en.... u – dijo Nikki comenzando a gritos y después susurrando.

Ellos la miraron curiosos

• Ya me imaginaba esto – dijo Natsume suspirando.

Fernando la miro asustado.

• ¿Que ha pasado?
• Soy yo en mi forma nekko original. Como hace mucho que no cambio no lo pude controlarlo.

Nikki tomo aire y volvió a su forma humana.

Se vistió.

Ellos nerviosos se dieron la vuelta.

• ¡Vístete! – le grito Natsume.

Ambos no solo se habían girado porque ella estuviese desnuda sino por la sobredosis de hormonas femeninas en el ambiente.

Natsume sabia porque se sentía raro pero Fernando no.

• Esto es porque al quitarse el collar se esparcen las hormonas que con él puesto no puede – le susurro Natsume.

Nikki los oyó susurrar y se enfado porque no se atreviesen a decírselo y estaba cansada de que se lo ocultasen todo.

Decidió no ponerse el collar.

• Nikki – la llamo Natsume –. Si te molesta tanto ponte el collar para que te sea mas cómodo.
• Nah. Me duele un poco el cuello y ya que estoy voy a aprovechar para estar todo el verano sin él.
  Ellos suspiraron pesados.
• ¿No debería? – pregunto inocente.
• No. No es eso.

Nikki dejo salir sus orejas y su cola.

Ella movió esta ultima de un lado a otro y ellos sin darse cuenta movieron la cabeza a su ritmo.

Estaban llamativamente empalmados.

Por cada paso que daba Nikki ellos retrocedían de modo proporcional.

Se puso algo mas cómodo para su cola pero eso también implicaba que fuese mas corto.

Se dirigió a la cocina y preparo lo apropiado para el calor que hacia. Había que enfriarse.

Metió todos los ingredientes en la pota y los coció para hacer una ensaladilla rusa.

Lo sirvió y se fue a tomar un baño.

Ellos, por instinto, la siguieron al baño.

Ese día la barrera no estaba colocada y Nikki aprovecho para acercarse a ellos.

Se acurruco entre ambos y los abrazo.

Para ellos ese comportamiento... esa cercanía... ese roce... era todo una tortura.

Estaban duros y no podían calmarse sin exponerse.

Ella los provocaba y calentaba a sabiendas de su sufrimiento.

Estaban tan cachondos solo con el roce de sus brazos que casi se corrieron.

Sus hormonas eran muy potentes.

Era una hembra que imponía respeto pero también era muy sexy y provocativa para ellos.

No podrían aguantar mucho mas sin correrse.

Ella en el fondo era buena.

Se levanto y cogió el collar para ponérselo y acabar con su tortura.

Eso casi se podía considerar maltrato animal en el caso de Natsume ( Como es un nekko jajaja )

Ellos suspiraron. Ya podían relajarse.

• ¿Tanto os afecta que no lleve collar?

Ellos se sonrojaron y bajaron la mirada.

• Quedaros cuanto queráis. Yo voy a comer. Cuando estáis listos salid.

Ellos ni la miraron.

Al atravesar la puerta ellos pudieron respirar con normalidad.

• ¿Como lo supo? – pregunto Fernando.
• Ya sabia que era imposible que no se diera cuenta
  Sabe que sus hormonas femeninas afectan mucho mas a los que están enamorados de esa hembra. Por eso no me gusta estar cerca suya cuando se lo saca después de mucho tiempo sin hacerlo.
  Es sofocante.
• Si. Es una atracción física que vuelve loco.
• Nunca mejor explicado – dijo comenzando a reír Natsume.
  Demonos prisa. Hay que arreglar esto – dijo mirando directamente hacia su dura erección.

Se aliviaron y salieron del baño.

Nikki no estaba cuando salieron.

Ella ya había terminado de comer y estaba bañándose en la piscina.

• Pasamos del agua caliente a la fría – comento Fernando.

Nikki estaba tan tranquila hasta que sus padres llegaron.

Ella estaba petrificada. Natsume y Fernando la miraron confusos hasta que se dieron la vuelta y vieron al Rey y a la Reina tras ellos.

Fernando se arrodillo mientras que Natsume, con su titulo de principe, solo tenia que inclinar un poco la cabeza.