“La vida es un infierno cuando no la miras bien “
No todo es lo que parece.
Cuando un humano y un vampiro se unen solo pueden traer desgracias al fruto de esta unión. Un vampiro que ni es vampiro ni es humano. Ni toma sangre ni es mortal. Un híbrido que es discriminado por los pocos que conocen la existencia de ambos mundos, pero no todos son tan inofensivos como cuentan las leyendas.
Un número reducido tiene tanto poder que podría hacer colapsar ambos mundos pero solo son leyendas… o quizás no lo son.
Nuestra protagonista es uno de esos vampiros.
Es un vampiro híbrido normal o eso creía hasta que un día todo cambió.
Los vampiros híbridos están contados. Muy pocos nacen de humanos.
Todo lo vampírico era conocido para Nikki, un vampiro híbrido que vivía en el mundo humano.
Como otro día normal ella iba a clase. Lo que no sabía era que ese día cambiaría su vida radicalmente.
Esa mañana entraba un alumno nuevo en 1º de Bach.
Un niño un tanto peculiar. Era callado y siempre estaba muy serio. Por su cara parecía sacado de una película de terror ( XD ).
El chico la miró asombrado y rápidamente se sentó delante de ella. Nikki no pudo evitar preguntar el porqué de su asombro.
- ¿Por qué te sorprendes de verme? ¿Ya me conoces?
- No. Te confundí con alguien.
- Ah. Yo soy Nikki, ¿cómo te llamas?
- Esban. Me llamo Esban.
- Un nombre un tanto peculiar, ¿es un mote?
- Sí. Un diminutivo de mi nombre.
La profesora no tardo en interrumpir su animada conversación .
- Señorita Nikki, señor Esteban. Cállense por favor.
Los niños tuvieron que retrasar su conversación para más tarde, pero al acabar la clase continuó como antes de que la interrumpiese la profesora.
- ¿De dónde eres? – preguntó Nikki dándole un golpecito en la espalda a Esban.
- ¿Eh? ¿Qué dices?
- ¿Qué de dónde eres?
- Ah. Vengo de un lugar muy lejano del cual no recuerdo el nombre.
- Me recuerdas a alguien, ¿nos conocemos? – pregunto Nikki ofuscada.
- No exactamente. Tu madre conoce a la mía – dijo indiferente.
- No recuerdo conocer a tu familia.
- No. Hablo de tu verdadera madre no de tu familia adoptiva.
- ¿¡Que!? ¿¡Soy adoptada!? – haciéndose la asombrada intentando disimular que sabia de que hablaba.
- Sí. Ya recuerdo a quién te parecías, pero no te pareces. Eres ella.
Ella estaba un poco asustada. Él sabía demasiado.
- ¿A que te refieres?
- A los híbridos como bien conoces.
- No sé de qué me hablas – contestó ella haciéndose la tonta para ocultar lo que creía que él no sabía.
El niño no dejándose engañar prosiguió :
- “Dos gotas de sangre en tu cuerpo te hacen especial, pero no lo suficiente para hacerte inmortal “
- ¿Como conoces eso? Solo mi pueblo la sabe.
- Pues porque pertenezco a la parte de tu pueblo que es completa y tu perteneces a los híbridos más poderosos de esta dimensión. Muchos a tu alrededor son como tu pero no puedes verlos ni sentirlos. A la mayoría los puedes doblegar como es el caso de Fernando, un amigo tuyo al que no tengo el gusto de conocer.
>>Sí. Los vampiros más poderosos dan órdenes a sus inferiores.
- Ya lo sé, pero yo no soy de las que maltratan.
- Pues deberías o los híbridos de este mundo se descontrolaran. Ellos usan sus poderes para manipular y engañar.
- Ya, claro. Y como que soy de los híbridos más poderosos si mi poder es bastante bajo.
- Pronuncia “Arigato”.
Ella lo pronunció sin saber lo que ocasionaría y nada más pronunciarlo se sintió pesada, muy pesada.
¿Que le ocurría?
Ella no lo sabía pero Esban sí.
- Ese es el peso de tu poder.
- Pero antes no pesaba tanto – dijo la niña asustada.
- Mi presencia ha despertado tu gran poder. Ese es mi cometido. Bueno también te cuento que aquí se acabó todo. Nos vemos.
Él estaba a punto de tele transportarse y Nikki no sabía cómo detenerlo pero de pronto se oyó una voz en su mente que le contestó.
- Pisa fuerte y di “time”. Después agárralo y vuelve a hacerlo. Hoy te ayudaré pero no lo haré siempre. Tienes que encontrar la Sabiduría Sagrada para que te ayude y acuérdate de decirle a él que la traiga.
“Plaf”
Nikki pronunció la palabra.
Lo agarró y lo hizo sentarse de nuevo.
- Pero que… ¿como has hecho eso ?
- Yo tampoco lo sé, pero me dijeron que me dieras la Sabiduría Sagrada.
- ¿¡Que!? ¿¡La Sabiduría Sagrada!?
- Si.
- ¿Quién te lo dijo?
- Alguien en mi mente.
- La Sabiduría Lógica – afirmó él.
- ¿Qué? Cuéntame lo que pasa en este mismo instante.
Esban la agarró e intentó llevársela a su mundo, pero alguien se lo impidió.
- Ni se te ocurra llevarte a Nikki a la dimensión vampírica.
- Pero… pero la Sabiduría Lógica.
- No puedes. Es el centro del equilibrio entre este mundo y el otro, y si no va por voluntad propia el equilibrio se romperá.
- ¿Quién eres?
- No es obvio. Soy Fernando.
Nikki se dio la vuelta y vio a Fernando tras ella.
Él era un chico alto y rubio de ojos azules y profundos como el mar, con rasgos marcados, musculoso y un científico de primera.
- Pero que… - dijo Nikki antes de ser interrumpida.
- No te la lleves. Debe llevarse bien con su propia Sabiduría antes de conocer a la Sabiduría Sagrada – dijo Fernando.
- Sí. Eso sería lo lógico. Además como parte de la Sabiduría Sagrada tengo que ayudarla.
Nikki estaba demasiado nerviosa, alterada y confusa, y eso le provocó un desmayo.
- ¡Nikki! – gritaron ellos cuando Nikki cayó al suelo.
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